En el marco del Día Internacional de esta variedad tinta, La Prensa entrevistó a Pablo Cúneo, reconocido enólogo y director de Enología de Bodega Luigi Bosca.
«Tenemos un gran potencial como país de origen», asegura Pablo Cúneo.
Hay algunas dudas sobre la fecha exacta en la que se celebra en Día Mundial del Cabernet Sauvignon. Hay quienes lo hacen el último jueves de agosto y otros lo hacen el jueves anterior al Día del Trabajador en los Estados Unidos, es decir, hoy. Sea cual sea, se trata de una cepa que merece ser reconocida, tanto así que es considerada la mejor cepa para vino tinto: al Cabernet Sauvignon se lo llama el rey de cepas.
Según datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), es la cuarta variedad más plantada en el país, después de Malbec, Cereza y Bonarda.
El último informe del INV arrojó que la cantidad de hectáreas en todo el país ha disminuido un 13,7% en el período 2010-2020, pero la tendencia al descenso viene desde 2010. Todo lo contrario ocurre con el Malbec, que en el mismo período registró un aumento del 43,7% y desde el 2011 no ha parado de crecer.
«Sin dudas, el Malbec es nuestra cepa emblema, la que nos representa en todo el mundo y con la que hemos cautivado paladares internacionales, pero hoy también estamos a la altura de poder competir globalmente con excelentes Cabernets y nuestro clima continental es un histórico diferencial», afirma Cúneo (foto) y agrega: «Tenemos un gran potencial como país de origen y un gran desafío para comunicarlo y llevarlo al mundo».
– ¿Cuáles son las características y el origen del Cabernet Sauvignon?
– El Cabernet Sauvignon se originó en Burdeos, Francia, a partir del entrecruzamiento natural entre Cabernet Franc y Sauvignon Blanc, que se estima ocurrió a mediados del siglo XVII. Hoy es la variedad más distribuida en el mundo y una de las más reconocidas a nivel internacional debido a su elegancia, sobriedad, estructura y complejidad. Entre sus principales características se encuentran sus aromas que recuerdan a frutas negras junto a notas especiadas y de pimientos. En boca es un vino con buena estructura por la presencia de taninos.
– ¿Cuál es la diferencia con el Malbec?
– Por supuesto que las diferencias comienzan en las plantas en la madera de crecer, en las formas de las hojas y de los racimos. En el vino, algunas diferencias respecto del Malbec son su color rojizo rubí, en comparación con el violeta del Malbec. El Cabernet Sauvignon tiene aromas de frutos negros junto a notas especiadas muy característicos mientras que el Malbec tiene un perfil que recuerda a frutas rojas y notas florales. Finalmente, el Malbec es más suave en boca ya que tiene menor carga tánica mientras que el Cabernet Sauvignon muestra mayor estructura, cuerpo y potencia.
– ¿Qué percepción tiene sobre la cepa?
– El Cabernet Sauvignon es una cepa que destaca por carácter y complejidad. Es cosmopolita, ya que se encuentra plantada en prácticamente todas las regiones vitícolas mundiales gracias a su plasticidad. Pienso que tenemos un gran potencial como país de origen y un gran desafío para comunicarlo y llevarlo al mundo. En la viña se requiere un manejo atento del equilibrio de la planta y de la definición precisa del momento de cosecha. A la hora de vinificar es muy importante hacer una extracción equilibrada, sin pasarse en la extracción de taninos. Esto nos obliga a pensar y a buscar distintas alternativas de vinificación que favorezcan al color y los aromas.
– ¿Cómo se da en Argentina y en qué zonas está presente?
– En Argentina, los Cabernets se diferencian de los del resto del mundo principalmente porque nuestras regiones presentan condiciones excepcionales en términos de energía, luminosidad, temperatura y largo de ciclo que permiten lograr vinos con una menor presencia de notas herbáceas, un carácter frutal muy marcado y taninos que distinguen por su madurez y dulzura. En definitiva, comparten la misma particularidad: todos provienen de climas continentales, a comparación de las zonas de referencia del Cabernet a nivel mundial que son climas de influencia oceánica.
Encontramos Cabernet Sauvignon principalmente en Mendoza, San Juan, La Rioja, Salta, Catamarca, Neuquén y Río Negro. También en menor medida en La Pampa, Córdoba, Tucumán, Buenos Aires, Jujuy y Entre Ríos. En el noroeste alcanza una gran intensidad de color y ofrece aromas predominantemente especiados, mientras que en Cuyo se intensifica el carácter de frutos negros matizado con notas de especies. En zonas más frías predomina el carácter herbal y taninos que dan relieve en la boca.
– ¿Cuál es el vínculo de Luigi Bosca con esta cepa? Es la primera variedad que lanzó la bodega.
– En Luigi Bosca hemos dedicado nuestra vocación y espíritu innovador al desarrollo de esta variedad. Somos precursores en su elaboración como cepa pura y tenemos una historia muy cercana a ella, con más de 60 años de trabajo e investigación para lograr su mejor expresión y la de los terruños mendocinos.
– ¿Cómo ve posicionado al Cabernet argentino en el mundo?
– Incluso antes del boom del Malbec en Argentina, el Cabernet Sauvignon era la variedad tinta más reconocida en el país, sinónimo de calidad y responsable de los primeros grandes vinos nacionales. Sin dudas, el Malbec es nuestra cepa emblema, la que nos representa en todo el mundo y con la que hemos cautivado paladares internacionales, pero hoy también estamos a la altura de poder competir globalmente con excelentes Cabernets y nuestro clima continental es un histórico diferencial.
